jueves, 9 de julio de 2009

LA CONTRARREFORMA, EL FÚTBOL Y EL GOLPE DE ESTADO

Carlos Anxo Portomeñe Pérez
www.pce.es / 9 de julio 2009

Un amigo foráneo de visita en nuestro país se interesó por la situación laboral y aporté algunos datos para ponerle en antecedentes. El paro — dije — ha afectado en el primer trimestre de este año al 17,36% de la población activa y se prevé que pueda alcanzar el 20%, la tasa más alta de Europa. La temporalidad afecta a más de un 30% de los asalariados, de hecho, el 89,7% de los contratos firmados en el primer semestre del año 2009 fueron temporales. El índice de siniestralidad laboral es el mayor de la Europa de los 15. Las pensiones y los salarios…
—¿No tienen sindicatos de clase?— Interrumpió mi amigo.
— Por supuesto, y más de uno.— Contesté.
— Pero supongo que serán minoritarios, ¿cuántos afiliados tiene el mayor de ellos?
— Un millón doscientos mil afiliados tiene Comisiones Obreras, el 5,2 % de la población activa. Cuenta además con 120.000 delegados en las empresas y centros de trabajo.— Expliqué con seguridad.
Debió extraer alguna conclusión que temía pudiese herirme porque a continuación decidió hablar del tiempo.
Sobre nuestras cabezas, esas de trabajadores en precario, planea la sombra de una nueva contrarreforma laboral. Según el diccionario, reforma es aquello que se propone, proyecta o ejecuta como innovación o mejora en algo. Es muy importante destacar que en este país se superponen contrarreformas laborales que menoscaban constantemente los derechos de los trabajadores: comencemos por hablar con propiedad.
Cuando alguien habla de reforma laboral hay que echarse a temblar, y el papel de los sindicatos siempre es a la defensiva con respecto a la Patronal y al gobierno. Cuando se sientan en la mesa del eufemístico "diálogo social" siempre es para que el país se escandalice con las mismas propuestas de máximos de la CEOE y el mismo país se contente después porque sólo se aprobaron parte de esas propuestas de máximos.
¿Para cuando un "diálogo social" donde patronal y gobierno se escandalicen con una propuesta de máximos de los sindicatos y después se contenten con la aprobación de parte de esas propuestas? Dicen los sindicatos que es posible hacer una reforma laboral sin necesidad de abaratar el coste del despido. ¿Y por qué no es posible hacer una reforma de verdad, en positivo para los trabajadores o como mal menor dejar las cosas como están y no hacerla?
Durante el proceso de referéndum del Tratado Constitucional Europeo en Francia, se ponía de ejemplo la situación laboral en España como el paradigma de precariedad, temporalidad y quiebra de los derechos de los trabajadores. Y todavía no había estallado la burbuja inmobiliaria. Este país está en quiebra, entre otras causas, porque los señores del ladrillo nos han conducido a ella. Y he aquí que en medio de la gran debacle uno de los grandes ladrilleros, el señor Florentino Pérez, se convierte en protagonista de este país de pandereta. Nada menos que el "capataz" de la familia March, los descendientes del pirata y contrabandista del Mediterráneo que financió el golpe militar de Francisco Franco.
Nuevamente convertido en presidente del Real Madrid se propone dilapidar 300 millones de euros en fichajes, a golpe de crédito, por supuesto. Al parecer esa banca sin liquidez a la que el gobierno inyectó 50.000 millones de euros no tiene problemas para conceder dinero público para jugadores de fútbol. Siguiendo además el modelo clásico que les llevó a la quiebra, al aceptar como garantía la próxima construcción de viviendas en una esquina del estadio Santiago Bernabeu, ese monumento a la gloria futbolística donde tan buenos ratos disfrutó en su día el generalísimo.
El mismo día en que los medios pasaban de puntillas sobre el golpe de estado de la patronal en Honduras, más de 80.000 individuos llenaban el estadio madridista, no para ver un partido de fútbol, sino para ver a un solo jugador desfilar por una pasarela después de haber fichado por 93 millones de euros. La paradoja es que adoran a su semidios Florentino Pérez ignorando que el fichaje lo pagan ellos con su precariedad y sus impuestos. Esto sólo puede pasar en este país, donde este año se van a desahuciar a entre 76.000 y 84.000 ciudadanos por no poder pagar la vivienda y un millón carecen de subsidio por desempleo. Curiosa mezcla de club español y jugador portugués, ciudadano de un país en crisis galopante que realizó la oportuna contrarreforma laboral en abril del pasado año. Dos países que sufrieron las dictaduras militares más longevas de Europa. Dos países con gobiernos socialistas que apoyan la presidencia en la Comisión europea de Durão Barroso, el anfitrión del "Trío de las Azores".
Para continuar con definiciones, alienación es el proceso mediante el cual el individuo o una colectividad transforman su conciencia hasta hacerla contradictoria con lo que debía esperarse de su condición. Así lo define el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua. Marx definió la alienación como las distorsiones que causaba la estructura de la sociedad capitalista en la naturaleza humana.
En este contexto, políticos y sindicalistas de la sempiterna nueva izquierda —los teóricos y practicantes de esta asfixiante paz social que nos envuelve, los que alientan la pasividad frente al peligro de la derecha— reivindican la necesidad de cambiar el discurso para llegar a la sociedad, de adaptar el lenguaje para hacerse más cercanos, de abrirse a los nuevos sujetos abandonando el discurso de clase.
Cuando arranque la liga de fútbol habrá miles de parados más, y el gobierno y la patronal habrán presentado la nueva contrarreforma laboral o estarán a punto de hacerlo. Nos pedirán que apretemos los cinturones y convertirán en patriotismo la lucha contra la crisis. Resta ver cómo reaccionarán los sindicatos.
Con este panorama, si algún día la gran patronal necesita apretar más, como en Honduras, si necesita un nuevo 36, puede estar tranquila porque ni siquiera necesitará pegar un tiro.
Carlos Anxo Portomeñe Pérez, Secretario general del Partido Comunista de Galicia

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